Rafael Leoz en el estudio

“De la unión del orden y del arte siempre tiene que salir algo bueno”

Rafael Leoz

La aportación de Rafael Leoz de la Fuente a la Historia de la Arquitectura es principalmente una obra teórica sobre la modulación geométrica y las leyes de la armonía matemática aplicadas a la arquitectura, especialmente enfocada en la búsqueda de soluciones por medio de la prefabricación y la industrialización.  

Dicho así, suena grandilocuente y rimbombante, lo que contrasta con la realidad de un hombre adelantado a su tiempo que, lejos de toda hipérbole, dedicó su obra y su vida a resolver el problema de la vivienda social que había desbordado las técnicas y las prácticas arquitectónicas tradicionales en la España de finales de los años 50. 

Tras cinco años de intensa actividad en la gerencia del proyecto de los Poblados Dirigidos en Madrid, Leoz tomó una dura pero necesaria decisión, la de consagrar su vida, literalmente, al estudio y a la investigación. Fue una crisis profesional tornada en personal la que le llevó a abandonar la ejecución de obras arquitectónicas en pos de un objetivo más alto, que no era para él una opción asequible o una posibilidad cualquiera sin más, sino una decisión “imperiosa e inevitable”, por cuanto lo era el proceso de industrialización. Era una elección obvia pero muy lejos de ser fácil, ya que Leoz se encontró, en mitad de la crisis de la arquitectura contemporánea, decantándose por una vía que, al menos en Europa, estaba entrando en extinción. Y fue una determinación valiente, más incluso de lo que el arquitecto podría llegar a imaginar, pues su valentía le costó un vacío historiográfico por la mayoría de la profesión española de su tiempo, si bien, compensado con creces por el reconocimiento internacional. 

“Entusiasmado por el rigor matemático inicial, del que se deduce lógicamente una expansión casi infinita, ¡los proyectos de Leoz hicieron vibrar en mí al constructor que llevo dentro e inmediatamente me di cuenta de que era posible, de que era realizable!”

Jean Prouvé

A pesar de la relevancia de Leoz, tras su muerte, sus logros vitales y especialmente sus teorías caerán poco a poco en el olvido en los años ochenta y noventa. Uno de los motivos fue ser uno de los arquitectos presentes en la vida del régimen y haber brillado durante la Dictadura. La transición política llevó aparejada una transición cultural, un cambio de valores y perspectivas que acabaron por devorar las propuestas de Leoz y sumirlas en un inmerecido silencio. 

Como termina el historiador Jesús López Díaz en su tesis sobre el arquitecto, “El olvido no es un precio justo a tanto esfuerzo”. 

Por ello, es de justicia devolver la luz a los estudios de Rafael Leoz, una obra teórica que aún hoy es citada en numerosas escuelas de arquitectura como ejemplo de investigación dentro del campo de la modulación arquitectónica, al mismo nivel que las teorías de Le Corbusier y su Módulo. No es casualidad que Leoz dé continuidad con su obra a las ideas del inmortal franco-suizo como ningún otro arquitecto e investigador de la modulación arquitectónica, dado que su ideario teórico sintonizaba con los de los arquitectos alemanes de la Deutsche Werkbund y la Bauhaus y la “máquina de habitar” de Le Corbusier. Por ello, no es casual tampoco que a ambos les uniera una estrecha amistad desde que compartieran sus planteamientos, relación que duraría hasta la muerte de Le Corbusier. 

Le Corbusier y Leoz se conocieron gracias a Prouvé, quien además le introdujo en el círculo de arquitectos e industriales suizos. 

A este último le había conocido por intermediación de José Antonio Coderch, que claramente vio en el español una conexión con el trabajo de otros  arquitectos internacionales. No se equivocaba. Le Corbusier llegó a declarar que Leoz se convertiría en uno de los arquitectos más importantes del futuro y Jean Prouvé expresó de esta manera su emoción ante la idea de industrializar la construcción como solución al problema de la vivienda: “Entusiasmado por el rigor matemático inicial, del que se deduce lógicamente una expansión casi infinita, los proyectos de Leoz hicieron vibrar en mí al constructor que llevo dentro e inmediatamente me di cuenta de que era posible: ¡De qué era realizable!”. Así lo hizo constar en el prólogo del libro de Leoz, Redes y ritmos. Más aún, Prouvé reservó un importante espacio al arquitecto en sus clases en el Centre National d’Arts et Métiers donde explicaba a sus alumnos las teorías que tanto le habían impresionado. 

Los continuos elogios de Prouvé se convirtieron en carta de presentación constante de Leoz, así como los de Le Corbusier, en ocasiones desmedidos, que llegó a calificarle como “genio de la arquitectura, el hombre que más profundamente ha penetrado en la pura esencia de la composición arquitectónica”. “En sus vidrieras se manifiesta toda una teoría del color, en sus mosaicos toda una teoría del ritmo y de las formas. Lo que ha hecho Leoz es sorprendente”. La  admiración de Leoz por las teorías de Le Corbusier le fue devuelta con creces cuando este arquitecto, uno de los más influyentes del siglo XX, se enorgullecía de haber trabajado durante cuarenta años en la misma dirección que Leoz y le satisfacía pensar que quizás su labor pasada hubiera influido en sus trabajos. 

Le Corbusier diseñando

“…Genio de la arquitectura, Leoz se convertirá en uno de los arquitectos más importantes del futuro, el hombre que más puramente ha penetrado en la esencia de la composición arquitectónica…en sus vidrieras se manifiesta toda una teoría del color, en sus mosaicos una teoría del ritmo y de las formas… Ha encontrado las leyes contemporáneas del ritmo y de la armonía basándose en las matemáticas. Con él desaparece la incertidumbre. Lo que ha hecho Leoz es sorprendente!”

Le Corbusier

Y así fue como estos iniciales contactos rápidamente se convertirían en sólidas amistades  y en los grandes apoyos del arquitecto, y cómo ayudaron a conocer en el extranjero la figura de Leoz y su pensamiento. 

Sus viajes para impartir conferencias, desde el Instituto Politécnico de Zurich, pasando por casi todas las capitales iberoamericanas y llegando incluso a universidades estadounidenses como la de Harvard o la de Columbia en Nueva York, dan fe de la acogida que las ideas de Leoz tuvieron más allá de nuestras fronteras. 
Fue este reconocimiento exterior el que mantuvo firme el rumbo de Leoz. Así, mientras los nuevos arquitectos españoles iban abandonando la arquitectura social a medida que ganaban en prestigio y reconocimiento, Leoz siguió fiel a su idea de mejorar la vivienda social. Es este objetivo altruista el que le llevaría en 1968 a estar nominado al Premio Nobel de la Paz, no solo por su calidad como arquitecto y la importancia de su pensamiento, sino por su innegable categoría humana. La candidatura fue promovida por la Sociedad Bolivariana de Arquitectos por considerar a Leoz como “uno de los investigadores contemporáneos del espacio habitable que más ha contribuido a la creación de una nueva metodología para la organización y armonización de los elementos que originan los espacios arquitectónicos dentro de la técnica industrial de la construcción”, en el escrito se consideraban las soluciones de Leoz como “el mejor baluarte para evitar la deshumanización de la arquitectura”, 

“La importancia social de sus trabajos es tan grande, que repercute en los ideales de la propia vida humana, tan ligada a los agobiantes problemas mundiales de la salud, la educación y de la vivienda masiva, y contribuyen decisivamente a la anhelada paz entre los hombres”. 

Estructuración Hiperpoliedrica del Espacio

Esculturas de Rafael Leoz

Caricatura de Rafael Leoz

Ilustración de Luis Bedoya

Estructuración Hiperpoliedrica del Espacio

Esculturas de Rafael Leoz

Si bien aquella nominación fue en sí misma un gran reconocimiento al trabajo de Leoz, era también la constatación de la enorme distancia y asimetría entre la imagen del arquitecto en América Latina y en su país de origen. 

Las “Historias de Arquitectura” suelen primar lo construido sobre lo proyectado y eso, añadido al fallecimiento prematuro de Leoz, le situó en la categoría de arquitecto utópico. Pero nada más inexacto. Leoz atisbaba un nuevo futuro para la arquitectura y sentía, al menos a mediados de los años sesenta, la cercanía de ese porvenir. Leoz no era un iluso, era un matemático que trabajaba pensando en la sociedad, impulsando investigaciones y haciendo propuestas globales para solucionar problemas urbanísticos y de la vivienda. Leoz no era un soñador, al menos no en lo concerniente a la arquitectura, Leoz fue un visionario que supo intuir las bases de unas leyes que estructuraban el espacio arquitectónico. 

Y ese fue el gran hallazgo de Leoz: un camino hacia las leyes espaciales aplicables a la arquitectura. Unas leyes espaciales y modulares que eran solo la punta del iceberg. Ya otros arquitectos habían intuido este camino, pero para adentrarse en él era necesaria una profunda investigación que requería de una formación matemática de la que muchos carecían y de la que Leoz era gran conocedor. Y así lo hizo constar Le Corbusier cuando expresó que Leoz había “encontrado las leyes contemporáneas del ritmo y de la armonía basándose en las matemáticas”. Con él desaparece la incertidumbre. 
Jean Dubuisson,Presidente del Cercle d’Études Architecturales’, también apuntaba en esta dirección al decir que:

“Los trabajos de Leoz de la Fuente marcarán un hito en la Historia de la Arquitectura. Sus teorías son tan universales que, en el primer momento, son difíciles de comprender en todo su alcance. Después, casi inmediatamente, uno se encuentra asombrado por su profundidad. Todo es perfecto y armónico y obedece a una ley suprema”. 

Rafael Leoz y su familia

La familia Leoz Ayuso

CURRICULUM VITAE

Hijo de Galo Leoz Ortín y Emilia de la Fuente Patiño.
Casado con Maria del Carmen Ayuso Menéndez.
Tuvieron cuatro hijos: Carmen, Rafael, Galo y Maria Ignacia.

Nace en Madrid el 19 junio.

Se licencia como arquitecto en la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid.

Comienza el ejercicio de su profesión trabajando en colaboración con sus compañeros de promoción: Jose Luis Iñiguez de Onzoño, Antonio Vazquez de castro y Joaquin Ruiz Hervás, dedicándose a construir viviendas sociales.

Con dichos compañeros obtienen:
Accésit en el Concurso del pabellón español para la Exposición Universal de Bruselas.
Mención honorifica en el concurso convocado por la Asociación Técnica del Derivado del Cemento para obras realizadas preferentemente con elementos a base de este material.
Primer Premio en el concurso de Ideas convocado por la Comisaría para la Ordenación de la Plaza Norte de Madrid.
Primer Premio en el concurso convocado para la ordenación de la plaza de la Quintana de Madrid.

Con la experiencia de estos cinco años de trabajo se da cuenta de que el problema de la vivienda desbordaba las técnicas y prácticas arquitectónicas tradicionales.
Había de abandonar la artesanía en el campo de la construcción por razones de volumen y había que entrar de lleno en el seno de la industria.
En este año abandona el ejercicio de la profesión y se dedica a investigar los problemas que plantea la industrialización del proceso constructivo, encontrando unas leyes de armonía que tienen sus raíces en el clasicismo y que, a través de unos invariantes matemáticos, abren ilimitados horizontes en el futuro de la arquitectura como bella arte.

Consciente de haber encontrado soluciones presenta sus trabajos sobre la «División y Organización del Espacio Arquitectónico» (dando lugar al denominado Modulo Hele) en la VI Bienal de Sao Paulo en la que obtiene la Mención Especial Honorífica.

En Zúrich da conferencias como profesor visitante en el Instituto Politécnico, y en Bélgica en el Centro Belga-Luxemburgués de Información del Acero y en la Escuela Nacional Superior de Arquitectura y de Artes Visuales de Bruselas.

En este año es invitado a dar conferencias en:
La Universidad de Columbia de Nueva York.
La Facultad Federal de Arquitectura de Río de Janeiro.
La Universidad Mackenzie de Sao Paulo.
En centros universitarios y profesionales de Venezuela, México, Colombia, Perú y Argentina.
En la Fundación Calouste Gulbenkian de Lisboa.
En el Instituto Politécnico de Múnich y en el Conservatorio de Art et Metier de París.

Es nombrado profesor de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid.
Escribe su libro «Redes y Ritmos Espaciales» que se publica en 1968.

Le conceden en enero la Cruz de Caballero de Isabel la Católica.
En marzo la Gran Cruz del Mérito Civil.
Durante este año da conferencias prácticamente en la totalidad de las universidades españolas y organismos profesionales.

Es nombrado miembro honorario de la Sociedad Bolivariana de Arquitectos.
En el IX Congreso de la UIA en Praga recibe el primer Premio de Mayor Interés Arquitectónico por su película «Módulo Hele».
Recibe el Premio Internacional «La Madonnina», instituido por el Ayuntamiento y Diputación de Milán.
En diciembre, después de una conferencia que da en Lima, le hacen miembro honorario del Colegio de Arquitectos de Perú. El presidente Belaunde Terry, le condecora con la Gran Cruz de la Orden del Sol de Perú.

La Sociedad Bolivariana de Arquitectos, y otros países, le proponen para el Premio Nobel de la Paz.
En marzo de este año es profesor visitante en el Centro de Estudios Arquitectónicos de Bruselas.

Con fecha 6 de febrero se constituye la «Fundación Rafael Leoz para la Investigación y Promoción de la Arquitectura Social». Institución de carácter privado, clasificada como benéfico-docente por la Orden del Ministerio de Educación y Ciencia, de fecha 28 de agosto de 1969. El objeto de la Fundación es la experimentación de nuevos sistemas de Arquitectura Social.
El 18 de abril el Patronato de la Fundación le nombra presidente vitalicio de honor y con posterioridad director general.
En el X Congreso Mundial de la UIA celebrado en Buenos Aires recibe el máximo galardón a la película “Arquitectura hacia el futuro” donde aparecen las ultimas investigaciones realizadas por el equipo de la Fundación bajo su dirección.

El día 3 de febrero empieza la obra de la Embajada de España en Brasilia.
Es nombrado miembro en Caracas del comité de la Organización del Día Mundial del Urbanismo.

Empieza a escribir su libro «Arquitectura Molecular Hiperpoliédrica» (libro que deja sin terminar).
Es nombrado por la Cía. Telefónica Nacional de España, Patrono Electivo de la Fundación Social de las Comunicaciones «FUNDESCO».
Es nombrado presidente de la Comisión de Estudios Tecnológicos del Instituto de Estudios Políticos de España.
Le conceden la Medalla de Plata de la Compañía Telefónica.

Empieza a construir 218 viviendas experimentales en Torrejón de Ardoz.
Se expone su obra en la Bienal de Sao Paulo con motivo de la Exposición de Ganadores de Bienales anteriores.

Con fecha 9 de abril, y por Real Decreto de S.M. Juan Carlos I, le conceden la Gran Cruz de la Orden de Alfonso X el Sabio. Dicha condecoración le fue impuesta personalmente en Brasilia por el presidente del Instituto de Cultura Hispánica, S. A R. el Duque de Cádiz, el día 29 de abril con motivo de la inauguración de la Embajada de España. 

El 28 de Julio fallece en Madrid. 

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